martes, 17 de octubre de 2017

Espera, amagues y desvaríos por ADRIÁN PECOLLO.

Espera, amagues y desvaríos 

por ADRIÁN PECOLLO. 

Deslucida, pero la política nunca es insignificante. Y el domingo hay elecciones, ocasión en que Río Negro elegirá dos diputados, dejando trazos para el 2019.
Martín Soria asume el proceso relajado. Deja la marcha en manos de su hermana, la diputada María Emilia Soria. Detectó que sus fuertes manifestaciones poco ayudan y, por eso, mide su presencia. El miércoles estuvo con los peronistas de Chimpay, un escenario trocado, gobernado por el radical Hugo Funes, un militante en agosto por Juntos, pero ahora movilizado en favor de la macrista Lorena Matzen.
Sin boleta, el oficialismo achicó su expectativa electoral. Juega al estancamiento de Soria. Su “triunfo” sería que no creciera y su catástrofe estaría en la obtención de los dos diputados por parte del FpV. Nada de lo que ocurre es lineal. Hay referentes oficialistas ligados y partícipes en la suerte peronista. Piensan en su porvenir. El futuro de Sandra Recalt será complejo si el radical Carlos Toro arrasa en Jacobacci.
Las primarias dejaron al FpV en el 40%. Soria proyecta superar el 45%. ¿Y después? Queda construir para el 2019, repite. Su edificación es rara, pues se circunscribe a lo gestual. Persuade a quienes excluye de acusaciones y ataques. “Atiendo a todos los que llaman”, agrega. Así, habla con los intendentes y, desde hace varios meses, no lo hace con el senador Miguel Pichetto.
Soria espera. Tarea y propósito distinto tuvo con otro peronista. El sábado llamó a Pedro Pesatti y conversaron. Nada profundo, salvo prometerse un encuentro. Al otro día, en Arroyo Ventana, el vice deslizó el hecho con Weretilneck, quien calló.
Aquel contacto sólo importa hoy frente al alterado trato gubernamental al vice. No se lo convocó al gabinete del lunes. El mandatario minimizó esa reunión cuando Pesatti lo consultó. El apartamiento no le agrada, menos las razones.
Weretilneck no permite desvíos en su mundo y su vice está excluido por sospechas de filtraciones. La conjura se corporizó por el relato de ministros –entre ellos, Luis Di Giacomo– y logran cerrar más el círculo. El vice y el ministro tienen una vieja inquina de cuando el funcionario militó por la inasistencia del gabinete a la asunción legislativa en el 2015. Pesatti lo inscribió en un desaire personal y, desde entonces, la relación quedó dañada.
Ese corrimiento es otra muestra de la reclusión oficial. Pesatti expresó fidelidad y adhesión irreprochable, más allá de diferencias expuestas (como la central nuclear) “Me voy antes que romper con Alberto”, repite a los suyos. ¿Esa actitud se traduce en su debilidad? Posiblemente. Supo igual entregar mensajes a emisarios de que no tolerará cualquier cosa y, en ese caso, sabrá responder.
Por encima de todo, Pesatti 
–aún– prioriza su historia y conexión con Weretilneck, quien 
–más desatendido de emociones– planifica su destino. No pierde ocasión y sigue arrimándose al macrismo. Ordenó la aprobación del proyecto para las pymes (reclamada por Nación) y el viernes desayunó en Bariloche con el jefe de Gabinete, Marcos Peña. Al lado, el diputado Sergio Wisky.

El mandatario olfatea el poder con precisión, y sólo meritúa beneficios y costos. En cambio, Pesatti –entre otros peronistas– tiene su orden ideológico. Y el vice volvió ese viernes a resistir cualquier “alianza” nacional.
El infortunio ya unió a la administración provincial con un viejo oponente: ATE. Se necesitan. El gobierno se desangra en las protestas, y el secretario general Rodolfo Aguiar está atado, con tres causas penales y graves imputaciones. Un fiscal pidió por su prisión efectiva, y corresponde al menor delito.
Aún amarrado, Aguiar usufructúa, acercando conflictos y soluciones. Así, consiguió contratos para becarios de Río Colorado, previa presión provincial al intendente Gustavo San Román, y se metió en la toma de la Fadecs, arrastrando al gobierno rionegrino a un brete ajeno del cual salió con más compromisos laborales. Otra síntesis del desvarío gubernamental.

Columna publicada en Diario "Río Negro", domingo 15/10/2017.


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