domingo, 13 de noviembre de 2016

“Para poder cambiar, debemos tener un horizonte de estabilidad”.

Jorge Toranzo es director de la EEA del INTA Alto Valle. Hombre pausado y conocedor a fondo de los problemas de la fruticultura.
Asegura que gran parte de los postulados presentados por el gobierno provincial al presidente Macri ya vienen siendo trabajados por el INTA hace por lo menos tres años.
Considera importante el paso dado por la administración Weretilneck teniendo en cuenta que es la primera vez, en los últimos años, que un gobernador se pone al frente de una presentación de estas características.
A continuación se detalla parte de la conversación mantenida con el entrevistado:
P- ¿Cómo termina la temporada?
R- El año no termina de la mejor manera. Hay datos de algunas casas de agroquímicos en la que se observan menos compras de productores. Tampoco se han tomado los créditos a tasas subsidiadas ofrecidos por el Banco Nación y ha quedado una extensión importante de explotaciones frutícolas sin podar. Ese es el escenario que se observa hoy en el Valle a esta altura del año.
P- ¿Cuál es el problema que tiene hoy el productor?
R- Son innumerables. El más importante es la falta de rentabilidad. Ahora, por las heladas no se raleó con químicos y ahora se deben hacer a mano, lo que va a impactar en sus costos.
P- ¿Qué costo implica esto?
R- Yo calculo que no es menos de 8.000 pesos por hectárea sin contar las cargas sociales.
P- ¿Qué opina del proyecto frutícola presentado a Nación?
R- En principio lo veo como un hecho positivo. En el 2014 también se hizo una presentación pero sin el respaldo político tan contundente.
P- ¿Y los contenidos?
R- Muchos de ellos abarcan los que ya venimos señalando los distintos actores de la actividad. Pero hay un tema que es la macroeconomía: la fruticultura necesita estabilidad para poder proyectarse. Toma decisiones de inversión que terminarán impactando en los próximos diez años. Para ello debe existir previsibilidad. Debemos tener un horizonte de estabilidad. Lamentablemente en la Argentina en las últimas décadas esto no existió.
P- ¿Y el resto?
R- En cuanto a lo productivo, está claro que hay que incorporar tecnología. Nosotros desde el INTA la mayor parte de las propuestas en el proyecto ya las estamos trabajando hace años, como ser la mecanización, malla antigranizo y el tema de riego con alta tecnología.
P- O sea, ¿el capital tecnológico está disponible?
R- Sí. Ahora necesitamos poder fabricarla en escala en el país o poder importarla. El otro tema es contar con el capital para hacer esa inversión, y los aranceles juegan un papel importante. El valor de la maquinaria es otro de los puntos. Hoy un tractor en la Argentina cuesta mucho más que en cualquier parte de la región, como es el caso de Chile o Brasil.
P- ¿Qué opinión le merece el capítulo de los costos laborales?
R- El tema de una baja sobre las cargas impositivas, sobre el trabajo en una economía de alta demanda de mano de obra, es un tema importante para la actividad.
Pero más aún es el de las nuevas variedades. Eso merece hacer un profundo debate.
P- ¿Por qué?
R- Nadie ha tenido acceso al trabajo completo de la provincia como para saber de qué están hablando, pero la realidad nos muestra que las grandes potencias frutícolas no tienen muchas hectáreas con nuevas variedades... son nichos sobre los que hay que trabajar. Pero nos debemos preguntar de qué variedades estamos hablando, quiénes las van a manejar y cómo se van a pagar una vez que ingresen en producción.
P- ¿Por qué tantas dudas?
R- Para esta alta tecnología que está proponiendo, en los dos primeros años hay que hacer una inversión de alrededor de 45.000 dólares por hectárea. Entonces, cuando se le dice a un productor que invierta en una nueva variedad tiene que tener un grado de previsibilidad como para saber cuándo y cómo recuperará semejante inversión.
P- ¿La incertidumbre comercial es grande?
R- Por supuesto. Eso tiene que estar definido de antemano. De ahí que también debe existir un cambio en el modelo de comercialización.
P- ¿A los fondos que lleguen para toda esta reconversión quién los manejará?
R- Desconozco, porque hasta ahora nadie habló del financiamiento, algo determinante. Hay que entender que este proyecto debe trascender la política de turno, al secretario del área, al gobernador y hasta el presidente. Por lo tanto hay que buscar cómo se puede trabajar teniendo en cuenta esto. No tengo muy en claro si lo debe manejar el Estado o algún organismo en el que estén todas las partes involucradas.
P- ¿Cómo se le ocurre que se puede manejar?
R- Lo importante es que los fondos que lleguen deben ser ejecutados con transparencia y no usados políticamente. Tenemos historia en estos temas, millones de pesos prometidos, y poco de eso ha llegado a los que más lo necesitaban. Yo creo que hay que profesionalizar este tipo de trabajo. Hay que ver los recursos humanos con los que contamos y en función de eso evaluar.
P- Complejo el tema...
R- Lo más importante es hacer cambios estructurales en el sistema. Hay que pensar qué fruticultura queremos, una con productores o sin productores.
El problema comercial, la otra clave
Jorge Toranzo es un técnico que se hizo cargo de la EEA Alto Valle hace unos años. Se desempeñó también con cargos gerenciales en empresas exportadoras de primer nivel como Expofrut y Kleppe.
Es sumamente crítico del sistema comercial que hoy rige en el Valle. “El modelo vigente desde hace décadas con el esquema de la primera venta ha fracasado. Los productores que subsisten y pueden seguir invirtiendo son aquellos que entregan en primera venta su pera a las exportadoras y guardan su manzana en frío para vender en el segundo semestre. De esta manera logran la diferencia para compensar el año”, confiesa con tono preocupante.
Asegura que este punto también debe ser discutido en el ámbito del nuevo proyecto.
FUENTE DE INFORMACIÓN E IMAGEN: DIARIO RÍO NEGRO, DOMINGO 13 DE NOVIEMBRE DE 2.016.

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