lunes, 15 de agosto de 2016

Comienza la temporada frutícola y se teme por las heladas. Algunas variedades de ciruelos ya comenzaron a mostrar actividad y se estima que para fin de mes habrá plena floración en frutales de carozo.

La llegada de los primeros días templados en el arranque de agosto despertó la actividad en el monte frutal de la región con la aparición de la floración en algunas variedades de ciruelos, la que ya pueden apreciar quienes recorren caminos rurales de la zona. Se estima que antes de que finalice el mes se producirá la plena ebullición floral de esta especie, dando así el puntapié inicial para una nueva temporada frutícola.
Este ciclo productivo que se repite cada año viene acompañado además con los primeras preocupaciones para los productores que cultivan frutos de carozo, ante el peligro que representa la ocurrencia de heladas frente a la fragilidad que tienen las plantas frutales en el estadio de floración.
“En ciruela ya se ven las puntas blancas de las flores y el problema va a ser si cae alguna helada, aunque sea de poca intensidad”, dijo un productor consultado por este medio que tiene su chacra en la zona de Mainqué.
Este aceleramiento floral se debe a que se conjugaron un par de condiciones que ayudan a este desarrollo anticipado como lo son la humedad por lluvias recientes y una seguidilla de días con temperaturas que bordearon o superaron los 20 grados durante las horas más cálidas, como ocurrió en la segunda semana de agosto.
En un reciente informe de departamento de Climatología del INTA Alto Valle se aclaró que “en este mes (agosto) comienzan a darse períodos cálidos que inducen irreversiblemente el crecimiento y desarrollo de yemas. Una vez satisfechas las horas de frío que necesita la planta se comienzan a sumar unidades de calor (grados día)”, una situación que ya está en marcha.
Además de las primeras manifestaciones de brotación que experimentan los ciruelos, desde el INTA anunciaron que también los cerezos han tenido una buena acumulación de frío este año en contraste con lo ocurrido la temporada anterior, en donde las altas temperaturas de fines de julio y primer semana de agosto bloquearon su acumulación provocando serios problemas en el desarrollo fenológico. De acuerdo a los pronósticos climáticos -dice el informe- puede inferirse plena floración del monte frutal en general, incluidos los frutos de pepita, en la última semana de septiembre de 2016.
Precisamente en su trabajo, el INTA alerta que “un factor a tener en cuenta son las heladas primaverales debido al proceso de desaclimatación desencadenado con las temperaturas medias de estas últimas semanas y las pronosticadas. Temperaturas de -2,5°C durante períodos mayores a una hora provocan daños por heladas en yemas hinchadas de cerezas Lapins, Sweet Heart y Royal Down”.
Según consta en el Boletín Agrometeorológico, “en Alto Valle la fecha media (serie 1971-2012) en que se cumple con el requerimiento de frío en peras y manzanas (900 a 1.000 horas de frío) es entre el 18 y el 26 de julio. A partir de allí comienza la acumulación de unidades de calor y el comienzo de la brotación.
Datos productivos.
938
hectáreas implantadas con ciruelas consignó el anuario 2015 del Senasa para la Patagonia Norte.
3.166

hectáreas es la superficie cultivada con frutales de carozo en Río Negro y Neuquén según datos del año pasado.
Publicado en Diario "Río Negro", 14 de agosto de 2016.

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