jueves, 28 de enero de 2016

Jorge Carrasco: Literatura de exilio y viento. El escritor radicado en Regina editó su tercer libro de cuentos.

Jorge Carrasco acaba de editar su tercer libro de cuentos que va a ser presentado en marzo. Nos esperaba el viento es una obra compuesta por de 26 relatos de ficción anclados en la cotidianeidad del norte patagónico que refleja el trauma del exilio y la realidad del migrante que llega al Valle de Río Negro donde lo espera el viento.
Jorge Carrasco vive en Villa Regina, nació en Carahue, Chile, en 1964 y en 1985 tuvo que emigrar a Argentina por la profunda crisis económica que desató el proceso del dictador Pinochet. Es profesor de Lengua y Literatura en el CEM 70 y el CET 18 y tiene publicados tres libros de poemas (Permanencia de aves, La huella, su andar y Mar muerto). En narrativa publicó una novela (Sombras en el agua) y mantiene inéditas otras dos (El nido de la lluvia y Los piojos de Rimbaud); en cuento, editó dos libros (Maldito lunes y Último carbón de invierno). En su haber, Carrasco cuenta con varios premios literarios.
“Fue un exilio económico, no político, aunque en realidad yo era enemigo de Pinochet. Se hizo un ajuste terrible, además mis padres se habían separado y nos tuvimos que ir del pueblo donde habíamos nacido, Carahue, a Temuco”, recordó Jorge Carrasco en diálogo con La Comuna. A raíz del ajuste económico en Chile se llegaba al 40 por ciento de desocupación y la familia del joven comenzó a migrar hacia Argentina. “Primero vinieron mis hermanos y después partí yo”, recordó. En esos años de destierro Jorge Carrasco estaba estudiando abogacía, carrera que debió abandonar por la situación financiera y al mismo tiempo se dedicaba a escribir metódicamente.
Jorge Carrasco todavía se pregunta cómo llegó a la escritura, una incógnita que no puede resolver ya que no tuvo un entorno, una familia, facilitador. En su casa no había libros y sus padres no tenían educación formal. No provenía de un hogar donde se respirara literatura, no contaba con un ejemplo a seguir o una fuente de inspiración cotidiana. “Fue todo muy solitario”, dijo. Sin embargo en Chile existía una figura cuyo magnetismo era imposible evitar: Pablo Neruda. “(Neruda) Resultó fundamental al ser un tipo que viene de abajo, que vivió en Temuco y pasaba por mi pueblo para ir a veranear a Puerto Saavedra. Entonces está muy mezclado con mi historia”, manifestó.
Al igual que su compatriota, premio Nobel de literatura, Carrasco provenía de un hogar humilde y necesitaba mostrar la realidad que lo circundaba, que lo incomodaba, retratar su verdad acerca de las cosas que pasaban, una verdad íntima pero que, por esa conexión empática del ser humano era la verdad de muchos.
Durante su adolescencia Jorge Carrasco ya era un escritor de oficio, metódico en su práctica cotidiana. Se pasaba horas sentado todos los días trabajando en textos, la rutina opuesta a la explosión febril de aquel que vomita palabras sobre un diario íntimo a modo de desahogo. Carrasco escogía sus palabras, construía sus oraciones, daba forma a los párrafos, corregía y limpiaba sus escritos, los rehacía, una y otra vez, hasta quedar conforme con ellos, tarea ardua y necesaria para la escritura de una poesía, un cuento, una novela o un ensayo, para cualquier género. “Es hacer el trabajo a conciencia, un trabajo que sigo haciendo todos los días, por ejemplo, cuando vuelvo del colegio y me dedico a escribir. Así logré mucho material y ahora tengo cuatro novelas y cerca de 70 cuentos inéditos esperando para publicar”.
Como fórmula, el escritor nunca esperó a la inspiración, esa fuerza motivadora que tiene la costumbre de ser impuntual cuando más se la necesita, pero siempre sintió que escribía para contar una verdad. “Quiero expresar lo que no puedo contar”, señaló. Primero, fue a través de la poesía influenciado por el linaje de grandes poetas de su tierra ya que en “Chile todo el mundo los conoce” y luego en narrativa, de mayor peso en su país adoptivo.
El hecho de haber sido forzado a abandonar su país natal fue un trauma que marcó toda su obra atravesada por el exilio que aparece de manera directa en los cuentos y las poesías de Carrasco. “Empecé a escribir narrativa al poco tiempo de haber llegado a Argentina, incluso gané un concurso con un cuento, que ahora se me perdió, llamado Domingos en casa de madera que hablaba, justamente, del exilio”, recordó y señaló: “A veces tomo el tema porque quiero reflejar una realidad pero también aparece inconscientemente en un texto”.
Otros tópicos que aborda Carrasco son las situaciones matrimoniales, las económicas, la migración, la discriminación. “Cuando estás exiliado sufrís discriminación en un principio, pero queda siempre presente en tu memoria”, manifestó el escritor.

El exilio, ese desgarro del alma, pone a prueba el temple y el espíritu del migrante. “Hay que hacer muchas cosas. Empecé cosechando manzanas y trabajando en un aserradero mientras que el resto de los chilenos se preguntaba cómo un hombre instruido está haciendo estas cosas”. Quizás de Chile lo han echado por algo, era la sospecha frecuente que lo envolvía. “Tenés que estar dispuesto a salir adelante contra todo o te hundís, son las alternativas, más cuando uno es algo 'raro', incluso te convertís en un exiliado dentro de la misma comunidad chilena. Fue una gran prueba para mi espíritu”, explicó.
Todos estas aristas de la vida de Carrasco aparecer condensadas en los 26 cuentos de su último libro, particularmente en el que le da el nombre a la publicación: Nos esperaba el viento. Quien conoce el norte de la patagonia y su historia no puede más que reconocer lo acertado de la frase. La portada de cada ejemplar está ilustrada con un dibujo a cargo de la mano de Pelusa Miño que, con trazos suaves y sencillos, sintetiza en una imagen potente la relación del hombre con sus circunstancias torcidas por el viento patagónico. “Son los momentos de incertidumbre y angustia en la soledad de las chacras, refugio del exiliado, estar durmiendo sobre una colchoneta con cuarenta grados de calor en verano o 15 grados bajo cero en invierno”, recordó y remarcó: “Eso es el exilio”.
Nos esperaba el viento está conformado con 26 cuentos (de los cuales 13 fueron premiados) todos dentro del género ficción pero con un fuerte anclaje en la realidad local. “Se mencionan mucho a Regina y al Valle, por eso elegí este título”, aclaró.

La tarima y el florero

En marzo, Jorge Carrasco publicará su próximo libro de poemas con un título que esconde un significado profundo a partir de un juego de opuestos: La tarima y el florero. “La tarima es el pasado, un período cruel. Se utilizaba para matar animales que luego servían para alimentarse. El florero ya es una cuestión doméstica, el presente”. El libro tendrá 120 páginas.

Los imprescindibles según Jorge Carrasco

Además de ser metódico en el proceso de escritura, Carrasco es un lector voraz, cualidad fundamental para nutrir su pasión por la literatura. “En mi casa no había un solo libro, entonces, desde adolescente, iba a la biblioteca de mi pueblo y ahí me pasaba tardes enteras leyendo en un proceso muy solitario, nadie se enteraba porque hacer literatura no iba (ni va) con el entorno, por eso es un trabajo incomprendido”.
Chile cuenta con una tradición importante en la poesía, por lo tanto, Carrasco recomendó algunos autores chilenos que considera imprescindibles para cualquier lector: “Mis gustos van de un lado al otro, son poetas absolutamente diferentes que te muestran mundos diferentes. No me anclo en un solo gusto y eso es fundamental”, advirtió.
Pablo Neruda: Toda su obra. Neruda supo reflejar la realidad social de Chile, hipócrita y con mucha diferencias sociales.

Nicanor Parra: Es un poeta que va en contra de los cánones de la convivencia normal, un antipoeta que se ríe de la poesía. Ironiza y utiliza la burla, al contrario de Neruda quien hasta el 56 era un tipo muy serio, después se dejó influenciar por Parra.
Jorge Teillier: Porque refleja la vida de un pueblo, lo cotidiano, lo que sucede en su casa.
Gonzalo Rojas: Hizo una poesía vanguardista llevada al surrealismo, más intelectual, con un uso exquisito del lenguaje.
Alberto Girri (argentino): Lo conocí cuando llegué a Argentina e influyó mucho en mi primera poesía. Está olvidado en su país. Era más intelectual y tomaba la tradición de la poesía inglesa.

Con respecto a la narrativa, que Carrasco descubrió en Argentina, no puede dejar de recomendar a autores norteamericanos que han tenido gran influencia en América Latina como William Faulkner o Hernest Hemingway. Pero hay uno en particular que marcó la narrativa de Carrasco: John Ernst Steinbeck, quien escribió dos obras fundamentales: Las uvas de la ira y De ratones y hombres. Por último, el escritor remarcó que no puede faltar Jorge Luis Borges en la lista. “Borges se escapa de la tradición norteamericana y es más universal, es fascinante. Es el narrador que tiene el uso del lenguaje más preciso que he conocido y, en el fondo, ese es el oficio del escritor; el uso preciso del lenguaje. En eso Borges es extraordinario”, finalizó.
http://periodicolacomuna.com.ar/content/jorge-carrasco-literatura-de-exilio-y-viento

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