domingo, 4 de octubre de 2015

Unas 15.700 hectáreas de frutales quedaron sin podar.

La falta de esta tarea cultural, sumada al creciente abandono de las explotaciones de peras y manzanas, prevé serios problemas sanitarios para la próxima temporada. Brasil, en alerta.
El 35% de las explotaciones frutícolas del Valle no fueron podadas durante la presente temporada en tiempo y forma. El dato, que muestra que la crisis todavía no ha tocado su piso, surge de las consultas realizadas a las distintas cámaras de productores de la región y los datos estimados por el sector empresario.
"Estamos atravesando una situación muy complicada. Muchos han sido los chacareros que no pudieron podar sencillamente porque no tuvieron dinero para ello", aseguró Eduardo Artero, productor de Cipolletti.
Dentro de este 35% mencionado se encuentran las explotaciones que no recibieron poda alguna, aquellas que hicieron sólo un despunte sobre sus plantaciones y las que este año, por problemas económicos, ingresaron al enorme lote de chacras abandonadas.
Según el último anuario estadístico elaborado por el Senasa (2014), existen en la actualidad algo más de 45.000 hectáreas de peras y manzanas en los Valles de Río Negro y Neuquén, por lo que hay que estimar que unas 15.700 hectáreas quedaron fuera del sistema, teniendo en cuenta que su fruta no podrá ser comercializada en fresco durante la temporada que viene. Para tener una idea de lo que está en juego, estamos hablando de algo más de 400 millones de kilos de pomáceas que nuevamente quedarán en la planta o directamente se tirarán una vez cosechados para una industria que hoy ni siquiera puede pagar los costos de recolección por esa fruta.
Según los datos recabados por "Río Negro", los productores son los que más se vieron afectados por la crisis estructural que vive la actividad. Tal es así que algo más del 50% de los chacareros de la región dejaron sus explotaciones sin podar este año, mientras que desde el sector empresario (grandes extensiones) aseguraron que en sólo un 20% de la superficie no se hizo este tipo de trabajo cultural.
En este sentido hay que destacar que algunas firmas exportadoras no pudieron podar la totalidad de sus explotaciones, teniendo en cuenta los costos que ello implica y el grado de quebranto que presentó la temporada que, en pocos meses más, está por finalizar.
La situación de los chacareros es mucho peor. Sin acceso alguno al financiamiento y con paupérrimos ingresos por sus ventas (ver recuadro con más información abajo), poco pudieron hacer pese a la ayuda oficial que recibieron del Estado para sortear parte del costo de esta actividad cultural.
Elvio Ferraza, presidente de la Cámara de Productores Agrícolas de General Enrique Godoy, Villa Regina, Chichinales y Valle Azul, señaló que en estas localidades las tareas de poda alcanzaron al 50% de las chacras en producción, con variables de acuerdo a la zona donde se encuentran las mismas. "Tenemos casos de chacras ubicadas más hacia el este, en Chichinales y un sector de Regina, en las que se ha trabajado muy poco y el porcentaje en las que no se realizó la poda es alto, mientras que en otro sector de chacras de Regina y la zona de Godoy se trabajó mucho más y esto hace que en general tengamos un promedio de que el 50% de las chacras fueron podadas", destacó Ferraza.
Todo indica que el próximo año las ventas de peras y manzanas en fresco volverán a tocar nuevos mínimos en relación al histórico volumen comercializado en la región. Las estimaciones privadas destacan que en todo el 2015 se terminarán colocando en el mercado (exportación y góndolas locales) alrededor de 760.000 toneladas entre peras y manzanas, el valor más bajo de los últimas décadas. Computando los problemas que generará la falta de poda para la próxima temporada, no son pocos los que se arriesgan a señalar que este piso de venta en fresco mencionado anteriormente será perforado al cierre del 2016.
La poda en los frutales es una actividad clave para buscar volumen, calidad y calibre adecuado en la planta. Algunos tópicos de importancia que señala el INTA sobre esta tarea cultural son:
• Mantener un alto nivel de regularidad y fruta de calidad todos los años.
• Rejuvenecer constantemente el árbol.
• Limitar el volumen de follaje y altura de la planta.
• Favorecer la penetración de luz entre el follaje.
• Mantener una adecuada relación entre el crecimiento vegetativo y la producción.
Pero la falta de poda en el Valle de Río Negro y Neuquén tiene secuelas también en la sanidad de la región. La mayor cantidad de follaje disminuye la eficiencia de las aplicaciones para control de plagas. Por lo tanto habrá que esperar una mayor presencia de carpocapsa, plaga que determinó este año el cierre de la frontera comercial con nuestro principal destino de exportación: Brasil.
Abandono
Recorriendo distintas zonas del Valle, claramente se observa que la cantidad de explotaciones frutícolas en estado de abandono continúa con su tendencia creciente.
Las regiones más afectadas están centradas en Río Colorado, Valle Medio y, dentro del Alto Valle, las zonas aledañas a Cinco Saltos, Villa Manzano y Chichinales, entre otras.
Si bien no hay datos oficiales al respecto, se estima que en toda la zona de la Norpatagonia existen en la actualidad algo más de 12.000 hectáreas frutícolas en estado de abandono o semiabandono. Sólo con recorrer la Ruta Nacional 22 en toda la región del Valle se puede visualizar la magnitud de la crisis frutícola. Introduciéndose metros adentro de esta cinta asfáltica, la situación de las chacras es mucho peor. Cientos de hectáreas en estado de abandono y sin ningún tipo de control sanitario.
Todo este escenario repercutirá negativamente en la próxima cosecha. "Tener calidad será una condición necesaria para que las empresas puedan colocar la fruta en el exterior. Pero esto no garantiza que la temporada termine siendo rentable. Calidad, calibre y sanidad son condiciones necesarias pero no suficientes", destacó Marcelo Loyarte, gerente comercial de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI), en comunicación con "Río Negro".
Teniendo en cuenta estos conceptos, difícilmente el sistema frutícola regional en su conjunto pueda recomponer su rentabilidad con la calidad que presentará la próxima cosecha. La menor oferta teórica podría generar algún tipo de expectativa sobre aquellos que presenten una cosecha completa y de calidad. Pero el actual entorno macroeconómico, con costos en dólares en alza y profundización del retraso cambiario, pondrá nuevamente en jaque la temporada comercial en el Valle.
Otro de los temas es el sanitario. Tanto productores como empresarios ven con mucha preocupación la falta de respuestas del Senasa para poner en práctica una política sanitaria acorde a las demandas exigidas por Brasil. Según trascendió esta semana el organismo sanitario del vecino país habría flexibilizado los índices que contemplan la presencia de carpocapsa en el campo, generando dudas de cómo esto repercutirá finalmente en los controles de frontera. Las autoridades brasileñas volverán a tener este año la potestad de cerrar la frontera ante cualquier situación que ponga su estatus sanitario en peligro. Los exportadores del Valle son conscientes de esta barrera paraarancelaria pero también saben del deterioro progresivo que está teniendo la región en materia sanitaria.
Autor: Javier Lojo. Publicado en el Suplemento "El Rural" del Diario "Río Negro", sábado 3 de octubre de 2015, edición Nro. 24124, páginas 1,2 y 3.

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