sábado, 12 de septiembre de 2015

La travesía diaria de dar clases en Valle Azul. La escuela está en la orilla sur del río Negro pero la mayor parte de los docentes vive en Chichinales y Regina.

er docente es mucho más que impartir conocimientos, implica un compromiso para con los chicos, con los padres y la comunidad. En muchos casos significa realizar sacrificios para poder estar todos los días frente al aula, relegando en parte la propia vida familiar por cumplir con la opción adoptada para enseñar.
Gabriela González y Mariela Chávez, directora y vicedirectora de la Escuela Primaria Nº 143 ubicada en Valle Azul, saben lo que implica ser docentes, ambas con 25 años de antigüedad en la profesión, y desde hace varios integrando el equipo directivo del establecimiento.
Alumnos y maestras forman algo así como una gran familia. Comparten no sólo las clases sino también el desayuno, el almuerzo y las actividades vespertinas.
La Escuela Primaria Nº 143 se ubica en Valle Azul, un paraje de la margen sur del río Negro, a 17 kilómetros de Chichinales y 30 de Villa Regina, ciudad donde reside el grueso de las maestras que comparten prácticamente todo el día con los 210 alumnos. La matrícula contempla también a los chicos de nivel inicial de las salas de cuatro y cinco años que concurren al mismo establecimiento.
Esta escuela es de jornada completa, por lo que los chicos de primero a séptimo grado ingresan a las 8.30 de la mañana y se retiran a las 16, tras las cuatro horas del turno mañana donde comparten el desayuno y las horas de clases con las maestras, el almuerzo y los talleres que se brindan durante la tarde.
"Este año logramos que se modifique el horario, y por eso empezamos un poco más tarde, pero también nos retiramos más tarde. Desde este año el recorrido del colectivo empieza a las 6:50" relata Mariela Chávez que vive en el sector de barrios sobre el extremo oeste de Regina y que por esta condición es la primera que pasa a buscar el vehículo que traslada a los maestros que de lunes a viernes viajan hasta Valle Azul, para regresar a sus casas casi a las 18 en la tarde.
El plantel está integrado por 25 docentes, de los que sólo tres residen en Valle Azul, dos de ellas en el casco urbano y la restante en un campo a cinco kilómetros de la escuela.
El viaje supone toda una travesía diaria, porque de los 30 kilómetros que separan Villa Regina con Valle Azul, sólo 16 se encuentran pavimentados, por lo que cada día llegar a la escuela les insume una hora de viaje.
"Compartimos con los chicos muchas más horas que con nuestras familias, somos como una gran familia. Durante los meses de invierno podríamos decir que es el momento más cruel para los que venimos desde Villa Regina, porque salimos de nuestras casas de noche y volvemos cuando ya está oscuro" relataron las docentes.
"Venir a esta escuela a trabajar no es fácil, el maestro tiene que tener una motivación. Cuando era jornada simple tampoco era fácil porque significaba que ningún maestro podía tener doble turno porque por los horarios no llegaba a tiempo. La escuela en Valle Azul es muy importante, estamos ocho horas con los chicos, más allá de la escuela no hay otras actividades, y que estén acá significa poder brindarles otras posibilidades para su futuro" cuentan. Una gran satisfacción para el cuerpo docente y la comunidad fue que desde hace unos años el referente de "tecnologías de la información y la comunicación" (TIC) con el que cuenta el establecimiento es un chico nacido en Valle Azul que hizo sus estudios primarios allí.
"La de Valle Azul es una comunidad con muchas necesidades, donde todos dependen de las tareas rurales, y hablar con los chicos en la escuela, y plantearles y trabajar para que puedan tener un futuro distinto, para nosotros es muy importante" finalizaron.
Publicado en Diario "Río Negro", sábado 12/9/2015.
Rodeadas de cariño. Gabriela González y Mariela Chávez, directora y vice. (Fotos: Néstor Salas).

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