sábado, 15 de agosto de 2015

Expofrut deja de comprar 30.000 toneladas de fruta. Desde la empresa aseguran que, si el mercado lo demanda, requerirán más.

La empresa regional Expofrut Argentina, perteneciente al Grupo Univeg, estudia disminuir las compras de fruta en la región en unas 30.000 toneladas, previendo una reestructuración en el modelo de negocios llevado hasta ahora. "Comenzamos una nueva etapa en la que buscamos potenciar la calidad y dejar el volumen en un segundo plano. Es importante pensar desde la demanda y no desde la oferta como veníamos trabajando", señaló Fernando Oris de Roa, asesor del Grupo Univeg, en comunicación telefónica con este medio.
El ejecutivo destacó que esta reestructuración es "una consecuencia" de la crisis que arrastra la actividad en su conjunto. "Venimos de un año muy exigente y no vemos en el exterior un apetito por altos volúmenes de fruta para temporada que se avecina, aunque sí existe una demanda por calidad", confió Oris de Roa.
Aseguró que está definido disminuir sensiblemente la compra de frutas a terceros teniendo en cuenta esta nueva estrategia. Si bien se mostró prudente a la hora de mencionar los posibles volúmenes de compra proyectados para 2015/2016, arriesgó que "podremos adquirir unas 20.000 toneladas de terceros, pero no hay nada definido al respecto. Si el mercado reacciona y nos demanda más fruta, no dudaremos en salir a aumentar nuestras compras". En estos últimos años la empresa había adquirido de terceros un promedio de 50.000 toneladas por temporada.
Expofrut Argentina comercializa en la actualidad un promedio de 100.000 toneladas de frutas y hortalizas con destino a los mercados de ultramar, Mercosur y las góndolas locales. De esa cifra, la participación de terceros (compra por kilo de fruta a productores y/o bultos cerrados a galpones de empaque) representa alrededor de un 50%. Es decir que para la próxima temporada prevén dejar de comprar unas 30.000 toneladas de terceros. Es alta la preocupación entre los productores y los galpones de empaque que hasta esta temporada trabajaban abasteciendo a Expofrut Argentina con su fruta. Los 30 millones de kilos menos que adquiera sellara el futuro de muchos de estos galpones y obreros que terminarán perdiendo sus fuentes de trabajo.
El contexto económico de los últimos años sin dudas afectó el desarrollo de la fruticultura en su conjunto y la multinacional de origen belga no quedo excluida de este esquema. Sólo con mirar la evolución que han tenido las estadísticas de embarques de Expofrut Argentina hacia los mercados de ultramar se puede tener una dimensión del problema. En 2008 la empresa llegó a exportar desde la región 124.700 toneladas de frutas y hortalizas hacia las principales capitales del mundo. En esta temporada (ultramar ya está cerrado) las ventas alcanzaron las 43.000 toneladas. La caída en valores relativos en estos siete años fue del 65%. En valores absolutos, se dejaron de comercializar con el exterior más de 80.000 toneladas de fruta que a precios actuales equivale a unos 75 millones de dólares.
OPINIONES:
EL MODELO AGOTADO POR PABLO LOJO.
Los teóricos fundamentalistas del gobierno nacional y popular aseguran que las empresas son las principales causantes de esta crisis estructural que vive la fruticultura.
Hablan de un problema de distribución del ingreso. Pero lo que no mencionan es que desde el 2008 a la fecha la actividad comenzó a perder rentabilidad producto de un progresivo retraso cambiario, falta de financiamiento para incorporar tecnología y aumento de costos en dólares incompatible con la producción.
Todo esto terminó decantando en un achique en las principales empresas del Valle, en especial aquellas que orientaban sus exportaciones hacia los mercados de ultramar, y la expulsión de cientos de productores fuera del sistema. Ni siquiera en la peor etapa de la convertibilidad la fruticultura del Valle de Río Negro y Neuquén fue tan golpeada por un modelo económico como el actual.
Lo paradójico es que desde el relato oficial continúan defendiendo la intervención del Estado en los mercados como una política activa para contener a los más débiles de la cadena de producción. Pero eso sólo queda en el verbo, en el discurso que parte de una tribuna que es sostenida por militantes que sólo se dedican a aplaudir. La realidad muestra que el mercado es el que está haciendo un brutal ajuste en la fruticultura, sin intervención alguna por parte del Estado.
El sistema se achica y la crisis frutícola todavía no encontró su piso.
Pero no toda la culpa la tiene el ineficiente modelo, que terminó por fundir la mayor parte de las economías regionales en esta que fue llamada la "década ganada".
En un comercio globalizado como es el de la fruticultura actual, seguir produciendo 35 toneladas por hectárea de pera o manzana, de las cuales sólo se embalan  toneladas para el mercado en fresco, deja fuera de mercado a cualquier país que quiera participar de este negocio. Si a esto se le suma la oferta de variedades que ya no son demandadas en el mundo, la ecuación económica para la región se complica aún más. El sector privado deberá hacer un gran esfuerzo para poder modificar este perverso escenario.
Claramente, el modelo está agotado.
Publicado en Diario "Río Negro", 15 de agosto de 2015.

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