martes, 5 de mayo de 2015

Elecciones en Río Negro: la evidencia de los números vs la jugada "psicológica" por Alicia Miller.

Los partidarios Weretilneck hablaron de "derrota" del Frente para la Victoria, pero fue el partido que más votos sumó.

Los partidarios de Alberto Weretilneck salieron rápidamente a hablar de "derrota" del Frente para la Victoria en las elecciones del domingo.
Tienen una parte de la razón.
El peronismo y sus aliados perdieron ciudades importantes como Cipolletti, Sierra Grande y Cinco Saltos y no lograron conquistar Viedma, la capital de la provincia.
Pero al hablar así, el albertismo pretende ignorar la otra parte de la verdad: que tampoco está en condiciones de celebrar demasiado.
El Frente para la Victoria fue el partido que más votos sumó, y el que demostró más poder territorial.
En segundo lugar se ubicó la Unión Cívica Radical, que da muestras de haber comenzado a renacer de sus cenizas. El partido que dominó la escena política en Río Negro durante décadas, presentó candidatos en casi todas las localidades y obtuvo claros triunfos en Viedma, Valcheta, Los Menucos, Huergo, Darwin, Comallo y Maquinchao. Con un sello local, el radical Nelson Iribarren ganó y será otra vez intendente de Sierra Grande, la ciudad donde nació a la política Miguel Pichetto.
El balance del albertismo, en cambio, es pobre. Por eso el sector del gobernador elige hablar de los otros más que de sí mismo. El rey está casi desnudo, y busca esconderlo mostrando más palabras que cifras.
Con sus candidatos propios sólo ganó en Cinco Saltos y en Contralmirante Cordero, ganó o hizo muy buena elección -ya lo dirá el escrutinio definitivo- en Regina. Las restantes victorias de terceros que celebró no necesariamente le significarán votos propios en junio.
¿Y entonces?
El mérito del sector de Alberto Weretilneck no estuvo en las urnas, sino en la estrategia psicológica. Tomó los resultados, los interpretó según su necesidad y los incorporó a su estrategia de campaña para la batalla que más le importa: la del 14 de junio, día en que Río Negro elegirá gobernador.
Así como en el judo la clave es usar la fuerza del adversario en provecho propio, Weretilneck y su grupo armaron un "relato" a medida como parte de la publicidad proselitista.
Que les de o no resultado depende de la habilidad que muestren los otros actores políticos y de la capacidad de reflexión del electorado.
El domingo mismo, Weretilneck celebró la victoria de Javier Epul en Cinco Saltos, corrió hasta Regina a levantar la mano de Daniel Fioretti aun cuando reinaba la confusión sobre las cifras del escrutinio. Y ayer a la mañana estuvo en Bariloche, la ciudad de mayor cantidad de habitantes de la provincia, en la cual espera descontar la ventaja que su principal competidor demostró ayer.
Curiosamente, el más favorecido por los comicios del domingo, Miguel Pichetto, mostró una cintura política menos ágil en su discurso. Tuvo razón al señalar que el Frente para la Victoria fue la fuerza política más votada. Pero, en lugar de hablar como triunfador, se enojó como suelen hacer quienes no tienen razón.
Desde ahora hasta el 14 de junio, habrá muchas más batallas psicológicas como las que se vieron en las últimas horas.
Es probable que el ganador sea finalmente quien mejor sepa surfear las olas difíciles de un mar encrespado.
Autora Alicia Miller publicado en Diario "Río Negro", 5/5/2015.

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