sábado, 16 de agosto de 2014

Largó el riego para la temporada en el Alto Valle.

En los primeros días sólo se permitirá la salida de diez metros cúbicos por segundo desde el dique Ballester. A principios de septiembre se espera que el agua llegue a las chacras.

Con precaución para testear las tres grandes roturas que sufrió el canal principal de riego durante el temporal de abril, ayer se abrieron las compuestas del dique Ingeniero Ballester para dejar pasar el agua que irrigará todo el Alto Valle productivo.
La temporada de riego se lanzó con expectativas, pero también con cierto temor por lo que estos primeros días sólo se permitirá la salida de diez metros cúbicos por segundo del agua que comenzará a circular por el sistema. También se abrieron dos descargadores, el 35, a la altura de Puente 83 y el 10, ubicado poco antes de la estación experimental Alto Valle del INTA.
El martes que viene estos descargadores se cerrarán y se largará más agua. Se estima que los primeros días de septiembre todos los productores podrán comenzar a regar sus chacras ya que se comenzarán a habilitar los canales secundarios.
Durante el temporal que abatió la región los primeros días de abril el canal principal, que es la columna vertebral de todo el sistema de riego, sufrió tres roturas importantes. Dos se registraron en Cipolletti y una tercera en Guerrico. Por la lluvia, los taludes de tierra cedieron y debieron ser reconstruidos. El mayor temor es determinar si estos arreglos resistirán el caudal de agua.
Martín Fernández Carro, el titular del Consorcio de Riego de Allen, a cargo del Consorcio de segundo grado, explicó que el objetivo es ir humedeciendo los taludes para ver cómo reaccionan. Luego, paulatinamente se llegará al caudal máximo que es de 72 metros cúbicos por segundo.
Como ocurre últimamente, los consorcios de riego deberán lidiar también con la falta de pago del canon de riego y con los inconvenientes que se generan en los canales que atraviesan las ciudades. La basura es el principal y requiere de la inversión de mucho dinero para mantenerlos limpios y así evitar que se produzcan tapones que frenen la circulación del agua.
En infinidad de ocasiones, los responsables de los consorcios de primer grado se han reunido con autoridades municipales y con técnicos del Departamento Provincial de Agua (DPA), que es el organismo regulador, para intentar buscar soluciones a una problemática compleja.
El canal principal de riego tiene 130 kilómetros de extensión e irriga 60.000 hectáreas ubicadas entre Barda del Medio y Chichinales. A lo largo de su recorrido se bifurca en una compleja red de canales primarios, secundarios y terciarios y un sistema de desagües que son administrados por los consorcios.
Publicado en Diario "Río Negro", 15-8-2014.

No hay comentarios:

Publicar un comentario