viernes, 27 de junio de 2014

Un contrato cuestionado por Jorge Ocampos.

Una empresa con malas notas en remediación ambiental, una consultora descalificada por señalar gruesas deficiencias en el plan de preservación ambiental por parte de esa empresa, una necesidad de dinero fresco para enfrentar la campaña del 2015 con demasiadas acechanzas internas, una puerta abierta a la exploración de no convencionales- FRACKING- y pocas precisiones en cuanto a la inversión empresarial en los próximos 10 años, dejan demasiados interrogantes para una actividad extractiva de reservas finitas.
Lo anterior, podría ser esta una síntesis de lo que dejó la singularmente democrática audiencia pública llevada a cabo en la Legislatura Provincial el pasado lunes. Es más que probable que se hubiera enriquecido aún más si la “asamblea” se llevaba a cabo en la localidad de Catriel, escenario único por décadas de los más y los menos de la actividad petrolera en la provincia.
Pero la cuestión de fondo no es otra que renegociar con Petrobras un contrato por 10 años más en áreas concesionadas, que deberá ser aprobado en la próxima sesión de la legislatura rionegrina
Amén de la audiencia pública , los legisladores podremos hacernos de mas detalles y precisiones en el trabajo en comisiones y al que asistirán en algunos casos con posiciones condicionadas, en otros buscando respuestas a no pocos y serios interrogantes y quienes desde el trazo grueso del contrato ya expresaron su oposición a renegociar contratos con una empresa con viejas deudas en tareas de remediación de daños ambientales, deudora de la provincia por varios millones de pesos en concepto de ingresos brutos y con resistencias en el compre rionegrino, al condicionar su cumplimiento a distintas ofertas y la especificidad de la mano de obra y de los productos a comprarse. No es extraño escuchar acerca de la presencia en los yacimientos de voces de otras provincias y de otros países.
Pero lo que seguramente campeará durante las reuniones, serán los cuestionamientos al proceso de renegociación, que bien podría haberse cambiado con una nueva licitación con otros oferentes y actores dado el poco tiempo que queda para el cumplimiento del contrato; a la poca predisposición de la concesionaria en la tarea de remediar los daños ambientales provocados y las llamativas diferencias entre la empresa y la provincia que han devenido en reclamos ante la corte Suprema por parte de Petrobras y un recurso de amparo presentado por la concedente por el no pago de ingresos brutos desde el 2006 a la fecha. También se dará un análisis minucioso de las inversiones a realizar por la empresa durante los años de concesión que no se describen con mucha claridad en el acuerdo y que registran serias dudas y cuestionamientos en el propio oficialismo.
Desde una visión positiva del contrato no puede soslayarse la importante cifra que destinará la empresa para solucionar carencias que en el aspecto social y de servicios padece hoy la provincia. Si bien es cierto que esas inversiones deberían realizarse desde una economía saneada como la que hace menos de un año pregonaba la provincia y dedicar esos fondos al fortalecimiento de nuestras economías regionales, hoy languideciendo tristemente después de su aporte de esfuerzo y riqueza en el crecimiento de nuestros valles, sometida desde hace tiempo a los vaivenes de políticas nacionales que poco y nada han hecho por su desarrollo y subsistencia. Una muestra de ello son los canales de riego prácticamente destruidos por el paso del tiempo y la desidia en el Alto Valle , en Río Colorado y en el Valle Inferior, con consorcios que ya no resisten la falta de recursos y de apoyo oficial. El petróleo llega con prepotencia en el análisis de funcionarios y empresarios del sector, pero no es eterno. Será imperioso en este escenario fortalecer matrices productivas diversificando las fuentes de riquezas que idearon hombres como Cesar Cipolletti o aquellos que planificaron Hidronor marcando como prioritario el uso del agua para el consumo humano y el riego de nuestro suelo.
En el rubro bondades, se señala con una obvia dosis de razón, el abultado bono de 92 millones ochocientos mil dólares que abonará a la provincia en tres pagos la empresa concesionaria durante los próximos 18 meses. El primero se concretará ni bien la legislatura apruebe el contrato.
Algunos expositores durante la audiencia pública hicieron hincapié en esta generosa entrega, señalando las diferencias entre los aportes pagados en otras latitudes por contratos de similar envergadura. Sin analizar los beneficios de esta entrega de dinero a la actual gestión de gobierno, con año electoral incluido, alguno pensó con una pizca de maldad en aquel viejo axioma de nuestras abuelas, enhebrado en horas de misa dominguera, que rezaba “cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía”.
Pero si bien es importante, necesario y oportuno el aporte en dinero fresco que ofrece la empresa petrolera al gobierno rionegrino, no podemos cerrar los ojos ante las situaciones dudosas que plantea el convenio, como se expuso en párrafos anteriores. Los legisladores, sobre todo quienes no pertenecemos al partido que gobierna, no fuimos electos para convalidar todo lo que el oficialismo propone. Nuestra misión es de propuesta y control, y en función de este mandato tenemos la obligación de solicitar todas las informaciones que creamos necesario, para que este proceso se haga en forma transparente. Y si el contrato no logra la convalidación legislativa no será por culpa de quienes no lo votaron favorablemente, sino de quienes debieron hacer todo de acuerdo con leyes y disposiciones generales, teniendo siempre presente el bien común, que siempre es superior a los de una coyuntura o de una gestión gubernamental.
Título originial: PETROBRAS: UN CONTRATO CUESTIONADO. OCAMPOS REPONDIO LOS DICHOS DE WERETILNEK.

Publicado por ADN Río Negro, 25-6-2014.

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