jueves, 23 de enero de 2014

Neuquén y Río Negro con caídas en las ventas de vinos locales y externas.

De acuerdo con los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura y el Observatorio Vitivinícola Argentino, las exportaciones de vinos de Río Negro y Neuquén totalizaron 23.442 hectolitros durante los primeros once meses del 2013, convirtiéndose así en el menor registro para este período en los últimos cuatro años. Este nivel de ventas indica una disminución del 4,3% respecto de los volúmenes comercializados en igual lapso del año anterior y del 27% en relación con el 2011. La baja es más grande en el caso de Neuquén que acumula su segunda caída consecutiva.

En términos de valores, la conclusión es la misma. La exportación de vinos representó para esta provincia ingresos por casi u$s 8,2 millones, frente a los 12,2 millones del 2011.

Si se suman los u$s 3,7 millones de Río Negro, en conjunto, las ventas externas rozaron los u$s 12 millones, lo que equivale a una caída interanual del 8%, con lo cual el sector industrial no pudo revertir el cambio de tendencia que se dio en el 2012.

Mercado local.


En el ámbito local, a Neuquén tampoco le fue bien. En el acumulado enero-noviembre del año pasado, los despachos totales de vino desde sus bodegas habrían superado los 5,46 millones de litros, lo que representa una baja del 4% respecto del mismo período del 2011 (5,68 millones). Los establecimientos ubicados al otro lado del río Limay y Neuquén tampoco tuvieron motivos para festejar, puesto que los despachos al mercado interno disminuyeron un 8,7%. Tomando las dos provincias en conjunto, la merma en las salidas de vinos autorizados para consumo interno llegó al 2,1%. Este desempeño está en línea con lo que ocurrió a nivel país, que cerró los once meses con una disminución interanual del 2,19%, siempre hablando en términos de volumen.

La caída en los litros comercializados, fundamentalmente en lo que se refiere a ventas externas, se da en un contexto de buenas cosechas, en términos de cantidad, de los últimos dos años. El problema de esta combinación de factores es que genera presiones a la baja sobre el precio del vino y, consecuentemente, sobre la uva en fresco. Por ello, y teniendo en cuenta el alza del costo de producción, uno de los desafíos de las autoridades nacionales y provinciales de cara a la próxima vendimia será sostener el valor de la uva.


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