sábado, 7 de abril de 2012

Geromé Marteau. Un emprendimiento rionegrino.


Geromé Marteau. Es otro de los emprendimientos en el Alto Valle de Río Negro que está creando riqueza.
Se difunde nota publicada en Diario Río Negro (Suplemento Especial Fiesta Provincial de la Vendimia 2012, 8-3-2012) que se desarrolla en mi Ciudad querida Villa Regina.

Apuesta por los vinos de calidad.
Con sólo seis años de trabajo la bodega se impone en la zona.Ofrece tres líneas y alguna "sorpresa" en cada vendimia.Capacita a quienes venden sus productos para cuidar la marca.
Salteño de nacimiento, geólogo de profesión, Marcelo Marteau llegó hace 17 años al Alto Valle de Río Negro, donde se enamoró de la tierra y comenzó a esbozar un proyecto que hace seis años logró hacer realidad con el nacimiento de la bodega Geromé Marteau, instalada en Fernández Oro aprovechando las instalaciones de lo que hace varias décadas atrás también fue una bodega elaboradora de vinos de mesa.

"El proyecto se crea con un sueño de muchos años que pudimos llevar a la práctica y es precisamente el de elaborar vinos. Eso fue en el 2006-2007 y la de este año será nuestra sexta vendimia. Antes de salir al mercado hicimos algunas pruebas piloto, porque queríamos calibrar muchas cosas, porque entre otras cosas buscamos en el valle muy buena uva, buscamos la gente para llevar adelante el proyecto, que aunque es chico necesita mucha gente, porque sabemos que en el Valle hay calidad e historia en tema vitivinícola", comentó Marcelo Marteau impulsor del proyecto.
El conocer la historia y calidad de los vinos de la región hizo que siempre la apuesta de esta bodega estuviera apuntada a elaborar vinos de alta gama "porque eso también hace al nombre y reconocimiento que tiene Río Negro en este aspecto", dice Marteau.
Remarcó que la intención es hacer una línea de vinos exclusivos, por eso desde el arranque, cuando se hicieron las primeras pruebas, solamente se elaboraron unas 500 botellas, en 2008 se llegó a las 1.000, y "a partir de la vendimia 2009 ya pasamos a 10.000 botellas, y estamos estabilizados en ese número, alrededor de los 8.000 litros".
Para llevar adelante el proyecto nada fue librado al azar. Se buscó desde el inicio un lugar acorde a la propuesta y en esta búsqueda se dio con una bodega del año 1935, la cual hacía varios años había dejado de funcionar en la zona de Fernández Oro.
"Cuando la encontré, con un amigo, me enamoré del lugar, porque es una bodega como tantas de las que funcionaron en el siglo pasado a partir de la década del 30 y del 40, donde había casi 300 en la región. Hoy solamente llegamos a las 48 contando también las radicadas en San Patricio del Chañar", apuntó.
La tarea no fue fácil, porque si bien se respetó la estructura original e histórica del lugar, hubo que hacer mucho en el acondicionamiento de las piletas y de la sala para las barricas en las que se guarda el vino hasta su envasado.
En forma paralela se inició la búsqueda de la materia prima adecuada y necesaria. Así, no solamente se dio con productores que cultivan uvas de buena calidad y de las variedades requeridas, sino también con el INTA, que mantiene un aporte constante.
"Esto nos permite hoy tener tres líneas. Una de ellas una línea fresca que es un Torrontés Patagónico y un Rosé Malbec; también tenemos una línea premium, que tiene ocho meses de barrica; y una línea reserva que tiene una crianza de 14 meses en barrica principalmente francesa. Después tenemos algunas perlitas como la que va a salir este año con un blend; esto a partir de identificar una uva buena que nos permite elaborar unas mil botellas. Esta línea recién saldrá al mercado este año", comentó Marteau.
La presentación de nuevas propuestas es uno de los proyectos sobre los que trabaja la bodega con la intención de tener año a año un nuevo producto para ofrecer al mercado "aunque esto no es algo que nos presione; la idea es tener dentro de lo posible en cada vendimia alguna sorpresa".
Señaló finalmente que lo que se busca "es poder cubrir las expectativas de los clientes, por eso también insistimos mucho en cómo deben servirse cada uno de ellos. Esto implica que también se haga una capacitación a quienes ponen nuestros productos a la venta, como hoteles y restaurantes, lo que nos lleva a que el vino esté cuidado, que haya rotación y que la gente nos comience a identificar y hable bien de nuestra marca".
Agregó si bien la bodega tiene una corta historia, tan sólo seis años de vida, la intensa tarea en la búsqueda de presentar vinos de alta gama, le ha permitido tener un reconocimiento en el mercado. "Tenemos nuestro reconocimiento, y sabemos que no vamos a ser competencia para las grandes bodegas, esa tampoco es la idea, pero sí lo que buscamos y queremos es tener nuestro sello, que la gente nos reconozca por esto; además teniendo en cuenta siempre que la base de nuestro proyecto fue siempre aportar un granito a la vitivinicultura de Río Negro".
Marteau enfatizó: "En el mundo del vino puntualmente estoy metido hace unos 15 años, cuando empezamos a probar pensando siempre en poder sacar al mercado nuestro producto, pero con la premisa de aportar algo a los vinos de la región y aportar calidad a los vinos de nuestra zona. Entonces la idea es que cualquier persona de cualquier punto del país, al conocer la calidad de los vinos de Río Negro, elija un vino de la Patagonia".
Imagen: Internet.

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